22 marzo 2012

Capitulo 27 Violetas Guitarras Violetas

Parada en la tienda de música, veía la inmensa cantidad de guitarras que habia, mientras Abby, Ursula e Isabella me taladraban con preguntas y sugerencias.

-¡Ay, ya basta! –grité para callar el cotorrerío- ¡Me están mareando! Acá no está lo que yo busco.

-Hablá con el hombre que atiende –sugirió Ursula

No me dio tiempo a contestarle que ya estaba con el hombre.

-Mi amiga quiere hacerle una pregunta

-¿Qué? –preguntó secamente. Era un tipo grande y con cara de pocos amigos.

-Quiero una guitarra violeta –dije decidida.

Se quedó callado por unos instantes, hasta que al fin habló.

-No existen.

-Escuché que fabrican de colores.

-De colores madera, depende de qué árbol esté sacada. Que yo sepa no hay árboles violetas.

-Entonces no compraré nada, vámonos chicas –dimos media vuelta

-¡Esperá nena! En Londres hay. Podría mandar a traer una. Claro que....te saldrá caro.

-Y…¿de cuánto estamos hablando? –siempre quise decir esa frase, en las películas sobre mafia y sicarios siempre la dicen.

-¿Cuánto tenés?

Tomé mi caja celeste donde guardaba mis ahorros y volqué su contenido sobre el mostrador. El tipo contó el dinero y negó con la cabeza.

-No te alcanza ni para las cuerdas.

-Muy bien –dije sin perder mi dignidad, mientras juntaba todo y lo metía de nuevo en la caja- Cuando mi padre viaje a Londres le diré que me compre una allí

-Ehhh....está bien. Juntá un poco mas y pasá la semana que viene.



Golpié nerviosa la puerta de la oficina de Cris y me puse aún mas nerviosa cuando escuché su voz, que me permitía que pasara. Entré y la vi hablando por teléfono, con los pies sobre el escritorio y fumando.

-Robert ya te dije que no me interesás, dejá de molestarme –colgó con fuerza y me miró- Este idiota me tiene podrida.

-¿Un pretendiente?

-Algo así.

-¿Que tal estuvo tu cita...la del otro día?

-Mmmm...podría haber sido mejor, el cocacolero fue desechado jaja

-¿Te dije que me gustaría ser como vos?

-Si y ya te dije que te falta muuuucho jeje. ¿Qué necesitabas?

-Ehhh...verás Cris....necesito reunir cierto dinero para la semana que viene y me falta un poco y....bueno...pensé si podrías adelantarme el pago de mi sueldo, ya sabes, recién cobro a fin de mes...

Me miró un poco rara. Ahora otra vez me sentía en la película de mafia y sicarios, pero al revés, me sentía una mafiosa con deudas que va a pedirle mas plata a otra mafiosa peor. Ojo, no digo que Cris sea eso, pero bueno, ya les dije que me miró rara. La película siguió cuando la vi que en un armario tenía una caja fuerte, de la que sacó unos billetes, los contó, y me los dio.

-Después decime para qué lo querías.

Definitivamente, tengo que dejar de mirar películas.



Caminé apretando contra mi pecho la caja celeste, acompañada de las chicas. Llegamos a la tienda de música y ahí, en la vidriera, brillaba una preciosa guitarra violeta. Me quedé sin habla, allí estaba lo que tanto deseaba, invitándome a que la tomara. Pero también comprendí que el tipo la habia puesto allí, a la vista de todos, para vendersela al primero que le ofreciera mas dinero que yo. Y ahi me enardecí: esa guitarra tenía que ser mía si o si, de ese negocio tenía que salir con ella en la mano.

Entré sin decir palabra y volqué todo el dinero de la caja celeste sobre el mostrador. Sin palabra también, el tipo contó el dinero.

-No alcanza.

-Dijo que juntara un poco mas, aquí está.

-Pero es poco.

Tomé aire y lo miré con bronca. Solté el aire lentamente sin dejar de mirarlo.

-Mercy, si querés, nosotras podemos ayudar...-dijo Abby

-No Abby –dije muy teatralmente (así, como actriz vieja que se ofende)- yo puedo sola. Lo que pasa es que este hombre no quiere venderme la guitarra y yo me pregunto para qué tiene negocio sino quiere vender sus productos. Vamonos chicas.

Nos dimos vuelta y caminamos lentamente hacia la puerta, como tres mafiosas salidas de “El Padrino” (ya basta con las películas!).

-Nena –dijo el tipo- llevatela.

Lo miré desafiante. Wow, el papel de arrogante me encanta.

-Si, llevatela –afirmó- No hay otro loco que quiera comprar una guitarra de ese color, y yo habré gastado dinero haciéndola traer desde Londres. Eso si, la guitarra y punto, nada de estuche o correa. Gracias que te doy las cuerdas...

Me acerqué al instrumento y lo saqué del soporte que lo sostenía para ser exhibido en la vidriera. Listo, ya era mía. Saludé al tipo levantando la guitarra en alto.

-Wiiiii lo conseguimos!!! –gritaron las chicas.

-Ahora si Mercy, hasta super estrella no pares! –dijo Isabella

-Ayyy y nosotras seremos las amigas de la super estrella ¿no es genial? –agregó Ursula



Caminamos juntas unas cuadras, riéndonos de la situación, hasta que empezó a lloviznar, una tormenta muy oscura se acercaba, así que cada una se fue a su casa. Cuando llegué a la mía, diluviaba. Corrijo: no diluviaba, en realidad era mucho mas que eso, lluvia fuerte, viento, japoneses que caían de punta, alemanes en moto y paracaidistas yugoslavos, todo eso. Y yo, tratando de proteger a mi guitarra nueva de todo eso, tapandola con el impermeable que me habia sacado, sentía que le estaba salvando la vida a riesgo de la mia. Bué, en realidad a riesgo de pescarme una santa gripe.

Desde la vereda se escuchaba el acordeón de mi papá. Como siempre que llovía, llegaba mas temprano de trabajar y se ponia a hacer música. Abri la puerta y el olor a pastel me dio de lleno, otra tradición en la familia. Sonreí, ese clima de unión familiar que siempre estaba tan ausente, se formaba cuando llovía asi, sería por eso que siempre me gustaron los días de lluvia.

-¿Y eso? –preguntó mi madre al ver que traia algo extraño bajo el impermeable -¡Estás empapada! ¿Por qué no te abrigaste?

-Porque estaba tapando a....VIOLETA!!!! –saqué la guitarra de su escondite y se la mostré.

-¿A quién se la robaste?

-¿Peerrrdónn? La pagué con el sudor de mi frente.

-¡Que linda! –me la sacó de las manos y la examinó. Al rato ya estaba tocando, recordando viejas canciones que tocaba cuando era joven.

Subí a la habitación de mis padres. Mi padre tocaba “Barrilito de cerveza” de espaldas a mi. De un salto me paré frente a el. Me miró sorprendido, pero sin dejar de tocar. Cuando terminó me miró de vuelta.

-Que guitarra mas rara.

-¿Te gusta? ¡La compré! ¡Voy a aprender!

-¿De verdad? ¡Eso es bueno! Está muy linda....me imagino que ya le habrás puesto nombre, a los instrumentos hay que ponerle nombre porque son como personas.

-Si, se llama Violeta. Cuando aprenda te puedo acompañar tocando, podemos hacer un dúo!



-Me siento infinitamente ofendido –dijo John cruzandose de brazos- ¿Cómo es posible que te hayas comprado una guitarra y yo ni enterado?

-¿Y por qué debía informarte?

-Porque si rascás esa guitarra es gracias a mi, te ayudé a descubrir tu vocación –decía haciéndose el superado

-Hola!

-Uhhh….cayó piedra sin llover ¿Que estás haciendo acá, Paul?

-Vine a visitar a mi amigo

-Eso fea, él es mas buen amigo que vos, ¿no es cierto Paulie? –lo abrazó y Paul trataba de zafarse

-Que gays que son. Paul ¿podría pedirte un favor?

-No.

-Anadate a la mierda.

-No sé donde queda jaja. ¿Que querés?

-¿No sabés de alguien que tenga un estuche de guitarra medio viejo para vender? O a lo mejor vos tenés...

-Mmmm....si, creo que en casa hay uno. Te lo regalo.

-No, no, yo te lo quiero pagar, eso sí, en cuotas, porque estoy en bancarrota.

-Me fijo si está, y sino pregunto a unos conocidos míos si tienen.



Ese mismo día, antes de que saliera hacia la cafetería, Paul golpeó a mi puerta.

-Te traje el estuche.

-Pero...esto no es muy viejo que digamos, está en muy bien estado

-Si, pensaba que estaba mas hecho pelota jaja

-Bueno, decime cuánto te debo.

-Nada, te dije que te lo regalaba.

-¿Eh? No, Paul, no puedo aceptarlo.

-¿Por qué? A cambio te pido que no me jodas por unos meses.

-Eso es imposible, prefiero pagarte jaja

-En serio Mercy, este coso estaba dando vueltas y estorbando en mi casa, es mejor que lo tengas vos, le darás mejor uso. Bueno, me voy, nos vemos.

-Esperá. Gracias Paul, de verdad. Sos muy bueno.

Solo sonrió y me saludó con la mano.



Ya en la tarde, le contaba a Paloma sobre mi guitarra y su hermano profesor.

-Jamás imaginé que George aceptaría eso. Pero creo que será un buen profesor, tiene paciencia mi hermanito

-¿Hablaban de mi? –justo George entró a la cafetería, acompañado de Stu.

-Si señor profesor –contesté, para risa de él, y mirada desconcertada de Stu

-Le enseñaré a tocar la guitarra –le explicó

-Ahhh...veo que tenés ganas de entrar en la banda.

-Naaa, por mas que sea una virtuosa, John jamas me dejará entrar. Pero igual quiero aprender.

-Es un tonto, ¿cómo no va a dejar entrar a chicas linda como vos?

-Gracias por el piropo, pero ya ves. No quiere competencia en belleza jaja

Stu sólo sonrió. Qué chico lindo...hablaba poco pero aún así era simpático....un momento Mercy Wells ¿te estás fijando en Stu? No, no, no, deboserfielaRichard, deboserfielaRichard....¡pero si Richard no me da ni la hora! Basta, dejaré de pensar en los dos y punto.

-No sabés Stu, hay una chica que me tiene loco

-George, ¿que es eso que acabo de escuchar?

-Nada Palomita linda, nada....aparte ¿por qué te metés en mi vida privada?

-George, mañana necesito que nos encontremos –digo cortando la pelea “hermanastril”

-¿Qué me vas a hacer?

-¡Nada! ¿Acaso me ves cara de degenerada? ¡No me contestes!

-Bueno...digamos que...

-No digas nada, mejor. Necesito que nos encontremos, ya te vas a enterar por qué.

-John me dijo que...

-No metas a John en esto

-Bué....está bien. Mañana tengo ensayo, antes de ir para lo de John, paso por tu casa.



Efectivamente, en la tarde del sábado, George llegó a mi casa. Lo hize pasar y sentar en el sofá.

-Antes que me muestres nada, tengo que pedirte un consejo femenino –dijo mientras se miraba en el espejo de la sala, acomodandose un jopo medio caído que tenia.

-¿Consejo?

-Si, hay una chica que me tiene loco.

-Lo dijiste en la cafetería

-Si...pero ella medio que no me quiere, porque la molesto ¿que hago?

-No la molestes.

-Ah, que buena idea!

Definitivamente, este chico se pasa.

-Te dije que vinieras para mostrarte algo, CHARÁAN! –le mostré la guitarra, pero aún en su estuche.

-¿Te la compraste? ¿O es solo el estuche?

-No, no. Me la compré.

-¡Quiero verla!

Abrió lentamente el estuche y ahí la vio.

-¡¿Qué clase de brujería es ésta?!

-Se llama Violeta.

-Pero es....violeta.

-No, es verde, pero como sos daltónico la ves asi. Claro que es violeta, tontuelo!

La sacó lentamente y empezó a observarla.

-¿La pintaste?

-No, la hice traer de Londres. ¿Que te pensás? Los que tenemos plata somos así.

-Andá, si sos mas pobre que yo.

-Bueno, bueno, eh!

-Che....es hermosa....aparte este color me encanta. Me compraría una así para mi, pero me dirían niñita.

-Y bien ¿cuándo comenzamos las clases?

-Cuando quieras

-El sábado que viene

-¿Sábado? No puedo, ese día ensayamos. Siempre.

-Pero…no tengo otro día libre…¿el domingo?

-¿Domingo? ¡estás loca! Los domingos no se trabaja

-Pero George, otro día no puedo

-Te enseño en la cafetería

-En la cafetería trabajo, George…

-Entonces…no sé…



El lunes golpeaba extremadamente nerviosa la puerta de la oficina de Cris. Tenía que pedirle algo y me mataría por pedírselo. Entré cuando escuché que me dio permiso y ahí la vi, otra vez hablando por teléfono.

-¡Robert me tenés cansada! Bueno si, ya sé que soy el amor de tu vida, ¡pero no me importa! ¡Dejame de joder! –colgó, visiblemente enojada. Mejor sería que me fuera de ahí.

-Cris me voy, vuelvo en otro momento….

-No, no, decime que pasa

-Ehh, no, no…

-Dale, decime.

-Bueno Cris…verás...tengo que pedirte algo, obviamente me podés decir que no, para eso sos mi jefa…

-Mercy, andá al grano.

-Ehhh…¿podrías darme unas horas libres en la semana?

Se me quedó mirando, como analizándome.

-Tenés dos días que entrás mas tarde porque tenés clase de deportes….

-Si, lo sé. El tema es que…¿viste que el otro día te pedí el sueldo adelantado? Era para comprarme una guitarra. Y yo pensaba que podía ir a aprender los sábados, pero el que me enseña ese día no puede. Y otro día no tengo.

-¿Así que la guitarra, eh? ¡Hubieras empezado por ahí! Me encanta la música, y mas si la hace gente que conozco. Así que tenés mi permiso, eso si, cuando sepas bastante hacete algún show en la cafetería jaja. ¿Quién es el profesor?

-George.

-¿Qué George?

-Harrison.

-¿El chiquito ese?

-Otro no había….

-Bueno, hagamos así. Martes y jueves entrás tarde por la clase de deportes. Tomate todo el martes para deportes y guitarra.

-¿Vas a darme todo el martes? No puede ser, yo puedo ir a deportes, a guitarra y después venir acá.

-Estarás tan cansada que romperás todo. Mejor no, hacé como yo te digo.

-¡Gracias Cris! ¿Puedo darte un abrazo?

-Mmmm…dejamelo pensar….¡Claro que si, mujer!

***********************

Amen a Cris! Amen a Cris! y Amen a Cris! Es una orden! jajajajaa como están? Yo re bien, no sé porqué pero tampoco hay que estar buscando razones, no? Bueno, les dejo una foto de la famosa caja celeste, porque esa caja existe jaja


como ven está vacía, asi que sean solidarias y acerquen su colaboración XD

Y aquí, Violeta, la guitarra que algún día será mia:


Oh, nena, algún día te tendré XD

bué, besos per tutti!

10 marzo 2012

Capitulo 26 Peleas y búsqueda de un profesor


Me senté en el umbral de la puerta de mi casa, a leer “Mujercitas”. Estaba muy enojada con John y también conmigo misma, por haberle, de cierta forma, facilitado las cosas para que estuviera con Marcia. Y no sólo estaba enojada porque se habia ido con esa zorra, sino también por dejarme volver sola por las oscuras calles de Liverpool y encima tener que mentirles a mis padres diciéndoles que él me habia acompañado.
Iba por una de las mejores partes de la novela, estaba por descubrir si una de las hermanas moría o no, cuando veo ante mí a un par de zapatillas conocidas.
-¿Mujercitas? ¿Esa pavada de nenas leés?
Levanté la vista lentamente, para encontrarme con una cara que en esos momentos detestaba.
-Me interrumpiste –dije secamente- ¿A qué viniste? ¿A contarme cómo te revolcaste anoche con Marcia? –no hablé, solo escupí palabras
-Bueno, si eso es lo que querés saber.....-dijo sobradoramente
-¡Resultaste ser como todos, que se van detrás de las putas y después se quejan!
-Yo no me quejo, al contrario, no sabés como la pasé....
-¡No me importa! –me puse de pie, para mirarlo con toda la furia de la que era capaz
-Ey, ey, ey, a mi no me grites
-¿Y quien sos para que no te grite?
-Las mujeres no le gritan  a los hombres
-Yo no veo ningún hombre por acá....veo a un pollerudo imbécil. Y no me vengas con tu machismo de cuarta. Pero claro...¡el señor se cree muy vivo por tirarse a una minita que no le dice que “no” a nadie y que además ya fue usada por medio colegio!
-¡Wells no me hables así! –me tomó fuertemente del brazo
-¡Soltame! ¿O qué? ¿Ahora vas  a pegarme para ser mas hombre? –me apretó aún mas, ya me estaba haciendo doler mucho- ¡Soltame, te digo!
Me soltó pero seguia mirándome con una mezcla de enojo, bronca y odio.
-No sé porqué odiás tanto a Marcia...-dijo entre dientes
-¿No entendés? ¡Acá la que no entiende soy yo! ¿Cómo podés estar detrás de una puta como ella cuando hay chicas mejores y que te pueden hacer bien?
-¿Cómo quiénes?  ¿Como vos? ¡Vamos Wells, decí la verdad! Estás celosa, por eso armás todo esto ¿no? Richard es solo una pantalla, pero en realidad estás interesada en mi y me decís todo esto ¡Estuviste mintiéndome!
-¿QUE? ¡Como podés decirme eso? ¡Vos sabes bien toda la verdad, no inventes!
-¡La que inventó todo fuiste vos!
-Siempre terminás dando vuelta las cosas para quedar como inocente, como víctima. ¿Sabés que? ¡Andate bien a la mierda, Lennon!
-¡Y vos también!
Di media vuelta para entrar a mi casa, pero John volvió a hablar:
-Estás bien loca, no sé para qué te habré conocido.
Me volví hacia el, y sin decirle una palabra, le di vuelta la cara con la cachetada mas fuerte que di en mi vida.

El lunes, al volver  a la escuela, ni siquiera hablé con él. Mejor dicho, ni siquiera nos hablamos. Teníamos que estar sentados juntos, pero ni nos mirábamos.
-Mercy ¿que pasa? –preguntó Isabella- Te veo como enojada
-Lo estoy.
-¿Con quien? –quiso saber Ursula
-Con el tarado de John. Isa, prometeme que jamás tendrás nada con él.
-¿Por qué decís eso? Sabés que me gusta.....
-Por eso mismo. No te dejes engañar, es un estúpido, prefiere a Marcia
-Ah...esa....
-Se fue del baile con ella, me dejó sola, y encima, cuando le reclamé, dio vuelta las cosas, inventó cualquiera.
-Pero quizás algún día cambie...
-Si, cuando le rompan el corazón.


El martes, en la clase de deportes, trataba de hacer el condenado “autopase” de voley. No me salía, no ponía muchos esfuerzos en que me salga y tenía ganas de irme. Sin embargo, seguía intentándolo, hasta que un pelotazo dio en mi cabeza y me dejó mas trastornada de lo que estaba.
-Ay, perdón, golpié a la reina del rock
Miré a Marcia y traté de demostrarle con mi mirada todo el desprecio que sentía por ella.
-¿Que? ¿Acaso no sos la reina del rock? Eso quedó demostrado en el baile
-No sé Marcia –dije mientras continuaba con la práctica y la ignoraba
Golpeó mi pelota con el puño, haciendo que rodara por el piso y me agarró de la manga del buzo de gimnasia.
-Mirá nena fea, sé muy bien que te pasa algo con Richard y no me lo niegues
-¿Que? Estas loca...
-Ese chico va  a ser mío ¿entendiste? –se veía furiosa- Bah, no sé porqué te hablo así, si no podrás hacer nada, es obvio que él jamás te mirará –wow, esta chica es bipolar, pasó de la furia a la tranquilidad en sólo un segundo...
-Marcia, tenés a John y a todo el colegio. Aparte Richard no te da ni la hora. Ahh...ya entiendo....él es el último de la colección, ¿no?
No se como me atreví a decirle eso, pero como ya venia enojada desde antes, me importaba un bledo quien fuera, yo estaba mas directa que nunca y lo estaba aprovechando. Me miró de una forma con la que pensé que me pegaría, pero no. Solo apretó los dientes.
-Vos sos mas puta que yo, Wells. Querés a Richard y a John
-¿John? El es mi amigo. No, mi ex- amigo. Y con Richard no quiero nada. Y no digas que alguien es mas puta que vos, porque eso es imposible. –di media vuelta y me acerqué  a la profesora, que explicaba un nuevo ejercicio y sentí la mirada de Marcia clavada en mi espalda.
Ahora sí que no tendría paz.


-Que raro que tu amigo no vino esta semana –dijo Cris cuando entré a su oficina a llevarle café
-No tengo amigo
-Ohhh...¿pelearon? Es normal....¿cuál es el celoso?
-Ninguno. Él es un terco.
-Mmm....vos no te quedás atrás....-sacó un espejo de un cajón y comenzó a retocarse el maquillaje– Bueno, las dejo a Paloma y a vos a cargo del negocio, tengo que irme
-¿Adonde?
-No seas insolente –me miró seria y me sentí intimidada, pero ella largó una carcajada- ¡Te la creíste! Jaja No digas nada pero....tengo una cita
-¿El de la Coca Cola?
-Si...veré que tal es. Si no cumple ciertos requisitos y reglas, será desechado y pasaremos al siguiente.
-Cris....quiero ser como vos, quiero tener hombres para desechar
-¡Ya crecerás!


La semana pasó convirtiéndose en una tortura. No queria estar peleada con el, y mas teniéndolo tan cerca, pero esto ya era una guerra y el que aflojara sería por débil. El viernes, en la hora de literatura, la profesora comenzó a leer un poema larguisimo y aburridisimo. Trataba de ponerle atención, pero era demasiado feo y también tenía sueño y también tenia la mirada de Lennon clavada en mi. Me estaba poniendo nerviosa.
-Wells....Wells....Wells....-me sorprendi. John habia aflojado y estaba hablandome. Pero lo ignoré. La guerra es la guerra.
-Wells...Wells....-continuó. No Lennon, no te hablaré. Aunque quiera....
-Wells....¡CONTESTAME CARAJO! –todos se dieron vuelta a mirarnos, incluida la profesora
-¡John, sos estúpido! –dijo lo bastante bajo como para que solo él me escuchara
-¡Lennon y Wells, fuera de mi clase! –gritó la profesora
-Él tuvo la culpa –dije señalándolo, en una clara situación de traición. Me miró con odio.
-¡No me importa, se van los dos!
Lentamente nos pusimos de pie y nos encaminamos hacia el patio. Hacia mucho frío para estar ahi, parados en la puerta del aula durante una hora. No nos decíamos nada, solo a veces nos mirabamos y nos dábamos vuelta la cara.
Noté que temblaba. Habia dejado el blazer dentro del aula y tenia solo la camisa puesta. Yo tenia calor, mas que nada por la bronca. Me saqué mi blazer y se lo di.
-Tomá, ponetelo
-Eso hacen los caballeros con las damas, no al revés...
-No me salgas con eso. Te lo doy porque me estás hartando con tu tembleque de frío.
-Me va  a quedar chico
-Entonces jodete
-¡No, no! Está bien....-se puso el blazer, le quedaba un poco chico la verdad, pero algo era algo.
-Yo....Mercy.....ehh.....-empezó a decir, sentándose en el suelo- quiero decirte que no estoy enojado con vos. O sea, no sé porqué no te hablo o....¡ay no sé qué decir! –se veía nervioso
-Entonces no digas nada
-¡Dejá de hacerte la dura! Vos no sos asi....y tenés toda la razón en enojarte y en pegarme, estuve muy mal, te dejé sola y encima te dije de todo. Yo sé que no gustas de mi ni nada, que lo tuyo va con Richard...lo dije solo porque estaba furioso. Y quiero que sigamos siendo amigos, olvidá lo que te dije, sobre porque te conocí o algo asi, no me acuerdo bien lo que te dije....
-¿Me estás pidiendo perdón?
-No sé...-sonreí. John jamás pediría perdón de forma directa, pero igual se hacía entender.
-Ok, te perdono. Y yo tampoco estuve bien, te grité y no tengo derecho a meterme en tu vida privada, actué mal. Y casi te saco un pedazo de cara con el cachetazo
-Si, la verdad que me dolió bastante....
-Entendeme, reaccioné así porque quiero protegerte
-¿Protegerme?
-Si...es raro ¿no?
-La verdad, si. Y..¿quiénes son las chicas que mencionaste? Dijiste que había chicas mejores y que me harían bien... ¿quiénes son?
-No sé John, yo no te voy a decir. Solo es cuestión de que empieces a mirar a tu alrededor, ahí te vas a dar cuenta.


Llegó el sábado y con él una decisión que no me fue difícil tomar: quería aprender a tocar la guitarra. No tenía dinero ni tiempo para ir  a un conservatorio, asi que tendría que buscar alguien que me enseñara y ya sabía quien.
-¡John, John, John, John, John! –grité mientras salía corriendo de mi casa
-Ey socia ¿qué querés?
-No me digas mas “socia” declaré a la sociedad como disuelta.
-Como sea ¿qué querés?
-¿Hoy vas a ensayar con la banda?
-Si....
-¿Dónde?
-¡Qué te importa!
-Dale. Decime, necesito hablar con alguien
-Aahhh...ya sé....Con Stu ¿no? Sabía que te iba a gustar picarona!
-No, no, bueno, tengo que reconocer que es un churro, pero no es con él la cosa. Es con George.
-¿GEORGE? ¿EL CHIQUITO? ¡SOS UNA PEDÓFILA!
-¿Pero qué decís? No es lo que te imaginás. Dale, decime donde van a estar.
-Ni sueñes, no pienso dejar a Georgie en tus sucias manos.

No me di por vencida y marqué el número de Abby.
-Hola Abby hoy tu novio tiene ensayo ¿no?
-Si...-la escuché confundida- ¿que pasó?
-Es que necesito saber dónde ensayan, quiero hablar con George por una cosa.
-En la casa de Stu. Yo voy a acompañar a Paul, ésta tarde pasá por su casa, yo estaré ahí, te espero.
Eso hice y como a las 3 de la tarde me encaminé hacia la casa McCartney. En el umbral de la puerta vi a Paul y Abby besándose como si llegara el fin del mundo. ¿Me voy o no me voy? Es...demasiado...romántico.....aaaahhhhh....
-Mercy ¿qué hacés acá? –preguntó Paul riéndose porque me sorprendió en medio de mi debate mental, mientras Abby se ponía roja de vergüenza.
-Quería ver una pelicula romántica y como no habia, los vine a ver a ustedes
-¡Mercy! –gritó Abby
-¿Qué? Se ven lindos....bueno, linda sólo es Abby, porque vos Paul....sos un zombie.
-¡Mercy Wells, algún día me vengaré!
Me reí junto con Abby, hasta que Paul dejó su mala actuación de enojado para preguntar de vuelta qué estaba haciendo ahí.
-Es que necesito hablar con George, y como sé que van a ensayar...
-¡Uy! ¡Cierto! ¡El ensayo!
Caminamos, no, mejor dicho, corrimos arrastradas por Paul hasta la casa de Stu y desde la calle ya se escuchaba el bochinche. Subimos hasta el altillo.
-¡Al fin McCartney! –gritó George- Estábamos por irnos
-Eso le pasa por ponerse a hacerle chapa y pintura a la novia –agregó John, siempre tan...educado jaja
-¡Hola linda! –dijo Stu al verme. Ahí John se dio cuenta de que yo también estaba
-¿Q....que haces acá ex-socia?
-Me las arreglé para enterarme, ¿viste?
-Ohhh no...abusarás del pequeño George
-Callate. George., ¿puedo hablar con vos?
-¡Yo no hice nada!
-WTF?
-Si te mandó mi hermana decile que el jarrón de la sala lo rompió el perro.
-No me mandó tu hermana
-Entonces si te mandó Cris decile que ya le voy a pagar todo lo que le debo por comerme la comida del negocio.
-No me mandó Cris. Vine por mi cuenta.
-¿Que me vas a hacer?
-Ay, nada ¿puedo hablar a solas?
-¿A solas tiene que ser?
-SI!
Bajamos del altillo y nos quedamos parados en la pequeña escalera que había.
-Verás George, quiero aprender a tocar la guitarra y no puedo ir  a un conservatorio y tampoco conozco alguien que enseñe. Y bueno....pensé si vos podrías....
-¿Yo? ¿Que hay de John? El vive mas cerca....
-No, no me tiene paciencia, terminaríamos por darnos con las guitarras por la cabeza. Che, mirá que te voy a pagar.
-Bueno....-esbozó una sonrisita- así, si. Sería mi primer trabajo....
-¡Genial!
-¿Que guitarra tenés?
-Esteee....no tengo.
-¿Me estás cargando?
-Es que antes quería encontrar a alguien que me enseñe y después comprarla. Además, no sé cual será mejor....
-Una como la mía está bien.
-¿Vendrá en color violeta?
-¿QUE? ¡No vienen en colores!
-Yo leí que si, y quiero una violeta, me gusta ese color.
-A mi también me gusta
-Ya ves, tenemos varias cosas en común
-Mercy no me asustes, soy un nene, no quiero nada con vos...
-Veo que Lennon ya estuvo llenándote la cabeza –dije poniendo los ojos en blanco- Entonces, ¿aceptás o no?
-¡Acepto!
-Ok, señor profesor, nos vemos
-Adiós alumna!

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Hola muñecas!!!! ¿como va todo? Yo acá estoy, atenta a mi ventana, ya que hoy hubo pelea vecinal y llegó la cana (policía) mi barrio es tranquilo, pero cuando alguno se enloquece, vuela todo jajaa.
Como siempre, agradezco sus comentarios, son unas genias, no solo por comentar sino también por leer estos delirios que se me ocurren.
Les dejo, para que se queden pensando, una pregunta muy, pero muy filosófica:
 XD